lunes, 1 de marzo de 2010

Solo. Episodio 2

Me subo al coche, conduzco por la calle Rosselló, voy solo por la calzada, pero a pesar de eso respeto los semáforos.

Cuando llego a la oficina compruebo que está cerrada. Me cago en la hostia. Llamo al jefe pero no da tono, DÍA LIBRE.

Ya que soy la única persona que hay en Barcelona me auto-proclamo el dueño de todo lo que encuentro, es más, me nombro Conde de Barcelona. En medio de esta paja mental hay algo que me distrae: el sonido de un coche conduciendo a toda hostia por la calle de al lado. Subo al cache y me dispongo a la carrera.

El coche se incorpora a la Meridiana, lo veo a lo lejos, es un descapotable amarillo, va rápido, pero no todo lo que un coche así podría, así que mi pie derecho empuja el acelerador hasta el final.

El descapotable se mete por Aragón, unos segundos después lo hago yo a unos 100 por hora, el coche hace un pequeño derrape que logro controlar, pero algo me dice que he gastado 10 euros de rueda.

Logro colocarme a su derecha a la altura de Cartagena, al verme el copiloto se pone de pie en el coche y me mira fijamente, le dice algo al conductor y me hace el gesto de que pare.

Reduzco lentamente hasta detenerme, el descapotable hace lo mismo. Bajo del coche, también los dos ocupantes cada uno junto a su coche. Tienen unas pintas un poco extrañas, el conductor está gordo, es moreno y lleva el pelo corto y un bigotillo estilo Oliver Hardy, viste unos pantalones cortos beige y una camiseta gris, el otro es mucho mas alto, rubio y muy delgado me recuerda a Pocholo, pero con muchas arrugas, lleva una camisa de camuflaje y unos tejanos. Los dos llevan botas militares, pero solo al gordo no le quedan nada bien con esas piernas tan gordas.

Nos quedamos unos segundos mirándonos, hasta que el rubio rompe el silencio mientras saca un fusil del coche: ¿Que cojones haces tu aquí?

No hay comentarios:

Publicar un comentario